Categoría: General

Seguro Médico

Laboratorios Clínicos Jensen y Suárez forma parte de la red de proveedores de seguros de salud tanto nacionales como internaciones más importantes que operan en el país.

Convenios Especiales con:

– INS

– Redbridge

– BlueCross Blueshield

Para brindar el servicio como primer paso el paciente debe consultar con un médico para que le realice una solicitud de exámenes de laboratorio, luego contactar a la aseguradora para aprobar los exámenes a realizar y solicitar preautorización, para coordinar luego con el laboratorio una cita y ya sea por medio de correo electrónico o traer impreso dicho documento. Posteriormente se hace el pago que corresponde al coaseguro ya aprobado, o de lo contrario se procede por medio de reembolso con la aseguradora.

Recuerde presentarse con los siguientes documentos:

– Formulario debidamente lleno, incluyendo diagnóstico y firmado por su médico

– Orden médica

– Identificación o cédula de identidad

Las 10 principales causas de defunción según la ONU

De los 56,4 millones de defunciones registradas en el mundo en 2016, más de la mitad (el 54%) fueron consecuencia de las 10 causas que se indican a continuación.

Las principales causas de mortalidad en el mundo son la cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular, que ocasionaron 15,2 millones de defunciones en 2016 y han sido las principales causas de mortalidad durante los últimos 15 años.

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) causó tres millones de fallecimientos en 2016, mientras que el cáncer de pulmón, junto con los de tráquea y de bronquios, se llevó la vida de 1,7 millones de personas. La cifra de muertes por diabetes, que era inferior a un millón en 2000, alcanzó los 1,6 millones en 2016. Las muertes atribuibles a la demencia se duplicaron con creces entre 2000 y 2016, lo cual hizo que esta enfermedad se convierta en la quinta causa de muerte en el mundo en 2016.

Las infecciones de las vías respiratorias inferiores continúan siendo la enfermedad transmisible más letal; en 2016 causaron tres millones de defunciones en todo el mundo. La tasa de mortalidad por enfermedades diarreicas, que se redujo casi un millón entre 2000 y 2016, fue de 1,4 millones de muertes en 2016. También ha disminuido el número de muertes por tuberculosis durante el mismo periodo, pero esta enfermedad continúa siendo una de las 10 principales causas de muerte, con 1,3 millones de fallecimientos. En cambio, la infección por el VIH/sida ya no figura entre las 10 primeras causas; si, en 2016, fallecieron 1,1 millones de personas por esta causa, en 2000 esta cifra se redujo hasta los 1,5 millones.

Los accidentes de tránsito se cobraron 1,4 millones de vidas en 2016; alrededor de tres cuartas partes de las víctimas (el 74%) fueron varones.

Principales causas de defunción en cada grupo de países, en función de sus ingresos
Aproximadamente la mitad de las muertes registradas en 2016 en los países de ingresos bajos se debieron a enfermedades del grupo I, que abarca las enfermedades transmisibles y las afecciones maternas, perinatales y nutricionales. Sin embargo, en los países de ingresos altos el grupo I causa solamente solo el 7% de las defunciones. Las infecciones de las vías respiratorias inferiores se encuentran entre las principales causas de muerte, con independencia del nivel de ingresos.

Las enfermedades no transmisibles (ENT) causaron el 72% de las muertes en el mundo, si bien esta proporción varió entre el 39% de los países de ingresos bajos y el 88% de los países de ingresos altos. En este último grupo de países, nueve de las 10 principales causas de muerte son por ENT, aunque en cifras absolutas el 78% de las defunciones por estas enfermedades ocurrió en los países de ingresos medianos y bajos.

Los traumatismos causaron 4,9 millones de muertes en 2016, más de una cuarta parte (el 29%) como consecuencia de accidentes de tránsito. La mortalidad por estos accidentes, que a nivel mundial es de 18,8 defunciones por cada 100 000 habitantes, es más acusada en los países de ingresos bajos, donde alcanza las 29,4 defunciones por cada 100 000 habitantes. Los accidentes de tránsito también se encuentran entre las 10 causas principales de muerte en los países de bajos y medianos ingresos, tanto en la franja inferior como en la franja superior.

¿Por qué necesitamos saber las causas de muerte?
Además de saber cómo afectan las enfermedades y los traumatismos a la población, una de los indicadores más importantes para evaluar la eficacia de los sistemas de salud de los países es la cifra anual de muertes y su causa.

Las estadísticas sobre las causas de muerte ayudan a las autoridades sanitarias a orientar las actividades futuras en materia de salud pública. Por ejemplo, cuando la mortalidad por las cardiopatías y la diabetes se dispara en pocos años, es muy conveniente poner en marcha un programa potente para fomentar modos de vida que ayuden a prevenir estas enfermedades. Del mismo modo, si en un país se registra una alta mortalidad infantil por neumonías y el presupuesto dedicado a ofrecer tratamientos eficaces es reducido, se puede aumentar el gasto en esta esfera.

Los países de ingresos altos cuentan con sistemas de recogida de información sobre las causas de muerte. No es el caso de muchos países de ingresos bajos y medianos, que necesitan estimar el número de muertes por causas específicas a partir de datos incompletos. Es fundamental potenciar la obtención de datos de calidad sobre las causas de muerte para mejorar la salud de la población y reducir la cifra de muertes evitables en estos países.

Fuente: Organización Mundial de la Salud.

Tests de laboratorio

Las pruebas de laboratorio examinan muestras de sangre, orina o tejidos corporales. Un técnico o el médico analizan las muestras para determinar si los resultados están dentro de los límites normales. Los análisis usan un rango de valores porque lo que se considera normal varía de una persona a otra. Muchos factores afectan los resultados de los análisis. Entre ellos:

– Sexo, edad y raza

– Lo que come y lo que bebe

– Las medicinas que toma

– El seguimiento de las instrucciones antes del análisis

El médico también puede comparar los resultados con análisis anteriores. Las pruebas de laboratorio son a menudo parte de un examen de rutina para detectar cambios en su salud. También ayudan a los médicos a diagnosticar cuadros clínicos, planificar o evaluar tratamientos y controlar enfermedades.

Cómo funciona la inmunoterapia, que revoluciona el tratamiento contra el cáncer

La inmunoterapia es a la vez una realidad y una esperanza. Realidad, porque sus beneficios ya se ven en pacientes con distintos tipos de cáncer que viven más -algunos logran incluso remisiones completas- gracias a fármacos que permiten al propio sistema inmunológico defenderse de los tumores. Esperanza, porque recién empezamos a ver el potencial de esta herramienta. Sus “padres”, el estadounidense James P. Allison y el japonés Tasuku Honjo, fueron premiados hoy con el Nobel de Medicina.

Sus hallazgos, realizados en base a investigaciones iniciadas hace décadas, alumbraron la inmunoterapia moderna, que representa un cambio de estrategia: no se ataca directamente al tumor, sino que se estimula al sistema de defensa del organismo para que actúe contra él. En 2013, la revista Science consideró a este nuevo paradigma el avance científico del año.

El cuerpo tiene mecanismos para defenderse de las agresiones, desde cuadros virales hasta de la presencia de tumores. El problema, en el caso específico del cáncer, es que los tumores encuentran la forma de evadir ese complejo sistema de defensa: lo bloquean, le ponen frenos, y así las células tumorales consiguen proliferar. Es ahí donde entra en juego la inmunoterapia. Allison y Honjo identificaron estrategias para inhibir esos frenos al sistema inmune, lo que dio lugar al desarrollo de medicamentos que hoy se usan en el tratamiento contra el cáncer.

En 1995, Allison fue uno de los científicos que descubrió que la molécula CTLA-4 inhibía la activación de los linfocitos T, los “soldados” del sistema inmunológico, responsables de identificar y destruir a las células tumorales. Su hallazgo abrió paso al desarrollo de “la primera droga inteligente de inmunoterapia, el ipilimumab, aprobado para melanoma en 2010”, sostiene en diálogo con Clarín Matías Chacón, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) y oncólogo del Instituto Alexander Fleming. Se trata de un anti-CTLA-4, el primer mecanismo dirigido a estimular la proliferación y activación de los linfocitos T para atacar a las células tumorales.

La segunda etapa de inmunoterapia específica e inteligente fueron los anti-PD1. ¿Cómo funcionan? Bloqueando la unión que le permite a las células tumorales “engañar” a los linfocitos T para que las reconozcan como sustancias propias del cuerpo y no las ataquen. Al bloquear esa unión, se levanta el freno que el tumor le pone al sistema inmune, que recupera su poder de defensa, reconoce al tumor y lo ataca.

“Las dos primeras drogas anti-PD1 fueron el pembrolizumab y el nivolumab. En primera instancia fueron aprobadas para el tratamiento del melanoma. Después, se extendieron a indicaciones como cáncer de riñón, de pulmón. Fueron las tres enfermedades tratadas con muchísimo éxito con estos medicamentos, que al ser muy dirigidos, son muy poco tóxicos para el resto de las células normales”, explica Chacón.

Honjo descubrió que la proteína PD-1, presente en las células inmunitarias, actuaban como un freno al sistema inmune. En la actualidad, los anti-CTLA4 y los anti-PD1 se utilizan combinadas para potenciar la defensa antitumoral y también con las herramientas estándares (cirugía, rayos, quimioterapia) y terapias dirigidas.

“Después de los anti-PD1, se sintetizaron otros anticuerpos monoclonales, que son anti-PDL1. El atezolizumab, el avelumab, el durvalumab son también drogas aprobadas para el cáncer de vejiga, de pulmón como mantenimiento, y de una patología muy infrecuente que son merkelomas, tumores resistentes históricamente a los tratamientos médicos”, precisa el presidente de la AAOC.

“Son medicamentos que tienen una base claramente inmunológica, antitumoral, que sirven para un montón de modelos tumorales -explica-.También han sido aprobados para cáncer de cuello uterino, para tumores de células pequeñas del pulmón, de la unión gastroesofágica, gástricos, de esófago para los que no había novedades hacía unos 40 años. Esto abre un camino no nuevo -porque ya lo conocemos desde hace tiempo-, pero le ha cambiado la vida a nuestros pacientes. Tenemos pacientes con enfermedad metastásica en cada uno de esos grupos que llevan muchos años de sobrevida. Y uno los considera potencialmente curados.”

“La inmunoterapia hizo un cambio radical en la oncología moderna”, enfatiza Chacón. Los mejores resultados se están viendo en melanoma, cáncer de riñón y de pulmón. “Lo primero que se ve es remisiones completas, que antes en este grupo de pacientes no se obtenían. Remisiones parciales (reducción parcial del volumen tumoral) y estabilidad del tumor durante muchísimo tiempo. Y lo que se ve a lo largo de las inmunoterapias es entre un 20 y 30% de pacientes supervivientes a largo plazo, a muchos años. Eso es lo que cambia radicalmente la historia de la oncología. Porque en oncología, todo lo que sirve en enfermedad avanzada, después se traslada a pacientes con enfermedad localizada. Y ya lo estamos viendo.”

Coincide Federico Prada, director de Biotecnología y Bioinformática en UADE: “La inmunoterapia contra el cáncer es una realidad. Existen muchos reportes de pacientes curados. Hace unos años esto era una utopía”. No obstante, resalta que a pesar del éxito, no todos los pacientes responden a estas terapias. “Es necesario seguir avanzado en mejorar las herramientas moleculares que permiten reactivar la respuesta inmunológica del paciente. Asimismo, muchos grupos de investigación (nacionales e internacionales) se esfuerzan por encontrar la mejor combinación de fármacos que permita aumentar el porcentaje de pacientes respondedores. No todos los mecanismos de escape tumoral están gobernados por las moléculas descriptas los trabajos de los científicos galardonados con el Nobel. Sin dudas, en los próximos años, veremos aparecer nuevas y novedosas estrategias biotecnológicas que nos permitirán acercarnos a la solución de este problema de salud tan importante para nuestra sociedad”, afirma el especialista, que formó parte del equipo de investigadores del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular del Instituto Leloir.

“La inmunoterapia ha dado lugar a medicamentos que hoy en día le salvan la vida a una gran cantidad de pacientes y les genera una respuesta duradera a pacientes con melanomas, cáncer de piel, cáncer de pulmón, tumores gástricos, tumores genitourinarios, de cabeza y de cuello”, señaló el argentino Gabriel Rabinovich, referente mundial en la investigación de inmunoterapias contra el cáncer, en diálogo con la agencia Nex Ciencia. “Con estos tratamientos se benefician entre un veinte y un treinta por ciento de los pacientes, lo cual es muchísimo -añadió el profesor de esa casa de estudios, investigador del Conicet y miembro de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos-. Además, en esos pacientes que se benefician, la respuesta es sostenida en el tiempo y duradera.”

En la actualidad se está trabajando intensamente en desarrollar biomarcadores que permitan predecir con mucha más precisión qué pacientes se beneficiarán con las diferentes terapias.

“La revolución de la inmunoterapia llegó para quedarse y será el mejor tratamiento que tendremos. Pero por ahora solo vemos la punta del iceberg”, decía en una entrevista con Clarín Josep Tabernero, presidente de la Sociedad Europea de Oncología Clínica (ESMO).

“El camino está abierto. El mensaje más esperanzador para los pacientes es que, lo que no tenemos hoy con certeza, probablemente esté mañana. Por eso no se deben perder nunca las esperanzas”, concluye Chacón.