Esclerosis múltiple

Las pruebas de laboratorio clínico son una parte importante del proceso de diagnóstico de la esclerosis múltiple (EM), aunque no existen pruebas específicas de laboratorio que por sí solas confirmen la enfermedad. En su lugar, se utilizan para descartar otras afecciones que podrían tener síntomas similares y para apoyar la evidencia obtenida de los resultados clínicos y de las pruebas de imagen.

Estas pruebas pueden incluir:

Análisis de líquido cefalorraquídeo (LCR): En esta prueba, se recoge una muestra de LCR a través de una punción lumbar (también conocida como «punción espinal»). El LCR se analiza en busca de anomalías, como niveles elevados de inmunoglobulina G (IgG) y la presencia de bandas oligoclonales, que se encuentran en la mayoría de las personas con EM.

Análisis de sangre: Aunque no hay un análisis de sangre específico para la EM, los análisis de sangre pueden ayudar a descartar otras afecciones con síntomas similares a los de la EM. Los análisis de sangre pueden incluir pruebas para detectar la presencia de enfermedades infecciosas, inflamatorias y autoinmunes, como la enfermedad de Lyme, el lupus y la deficiencia de vitamina B12.

Pruebas de anticuerpos: A veces, se realizan pruebas de anticuerpos para buscar signos de enfermedades autoinmunes que pueden imitar la EM, como el síndrome de Sjögren y la vasculitis.

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